La policía científica sacó ayer nuevas pruebas tras el asesinato de la madre y su hijo de ocho años
El casero y amigo personal de Elena F.D., la joven rumana de 26 años cuyo cadáver fue encontrado el viernes en su domicilio de Polop de la Marina con destacados signos de violencia, y próximo al de su hijo de 8 años, afirmó ayer que ésta ni se sentía vigilada por nadie ni le manifestó en ningún momento que estuviera temiendo por su vida. "Ni dijo nada ni demostró que tuviera ningún miedo", aseguró ayer el hombre, propietario también del taller de reparación de automóviles que se encuentra ubicado en los bajos del edificio donde residían las víctimas.
"Llevaba un mes más o menos viviendo aquí, y sí, nos llevábamos bien, pero no puedo decirles nada más, para cualquier información tienen que hablar con los agentes de la Guardia Civil, que volverán en breve", añadió el mecánico, quien ayer continuaba con su jornada laboral con el taller abierto, como si nada hubiera pasado en el piso superior del edificio, ubicado a la salida de Polop de la Marina, en la carretera CV-70 que une la localidad con la de Callosa d'en Sarrià.
En él, según indicó, los agentes de la Unidad Científica de la Guardia Civil llevaban toda la mañana recabando más huellas e información sobre el dramático suceso para intentar encontrar nuevas pistas que den con el culpable o culpables del doble asesinato. Por la tarde, sin embargo, los agentes no volvieron al lugar. Lo hizo una mujer que, desde el taller, exigió a la prensa que salieran de su propiedad porque no tenían nada más que decir.
Fuente: Levante - El mercantil valenciano
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